La primera vez que Lusina Illesca escuchó hablar de HIPPY Chile fue en el jardín infantil de su hija menor Trinidad. “En 2018, cuando la Trini tenía tres años, la directora me preguntó si quería ser parte de un programa educativo piloto que se estaba formando. Yo en ese momento no conocía mucho de qué se trataba, pero me entusiasmé”, recuerda.

El programa, que surgió en Israel hace 50 años y actualmente está presente en 13 países, se basa en la importancia que tienen los primeros años de vida en el desarrollo cognitivo,  del lenguaje y de habilidades sociales y emocionales de las personas.

En Chile, HIPPY ha sido desarrollado con éxito durante los últimos dos años por Fundación CMPC. El objetivo es entregar herramientas para que las familias puedan ser los primeros educadores de sus hijos.

Para lograrlo, el equipo de HIPPY Chile capacita a madres de niños entre dos y cuatro años para que sean tutoras comunitarias. Luego, ellas comparten la metodología, a través de visitas domiciliarias, con otras mamás, papás o cuidadores de sus comunidades.

“Lo más lindo de este programa es que somos mamás que estamos en igual condición, que enseñamos y compartimos experiencias mutuamente”, destaca Luisina, quien fue una de las cinco mamás tutoras que participó en el programa piloto en San Joaquín y en los últimos dos años ha sido mentora de cerca de 30 familias.

Todas las semanas las mamás tutoras participan de reuniones donde preparan las visitas que harán, ejercitan el cuadernillo de actividades y resuelven dudas. Luego, cada tutora se reúne individualmente con las familias de su comunidad y les explica en detalle las actividades que deben realizar esa semana con sus hijos.

Estas actividades abarcan distintas áreas como lenguaje, matemática, ciencias y motricidad. Sin embargo, todas están planteadas desde el juego.

“Lo más valioso de este programa es creerse el cuento y empoderarse como mamá. Como papás somos los primeros educadores de nuestros hijos, pero muchas veces no nos damos cuenta o no sabemos cómo guiarlos, y eso es justamente lo que hace HIPPY, nos da las herramientas necesarias para poder apoyar a nuestros niños”, destaca Luisina.

Si bien comenzó como tutora, hoy en día ya es parte del equipo de HIPPY Metropolitano como Asistente de Coordinación. “Es un programa sumamente enriquecedor y en mi familia ha significado una transformación. Lo puedo ver en cosas tan básicas como llevar a los niños al parque. En vez de sentarme a verlos jugar, me involucro en lo que hacen y en sus juegos. Como que se me prendió una ampolleta”. 

Actualmente HIPPY se está desarrollando en tres regiones del país: en la comuna de Santiago, en la Región Metropolitana; en Victoria, Lumaco, Traiguén, Angol y Collipulli, en La Araucanía; y en la comuna de Cañete en la Región del Biobío. Este año además se inicia una ejecución financiada por la Subsecretaría de Educación Parvularia para implementar HIPPY en cuatro comunas del nuevo Servicio Local Andalién Sur, que pretende llegar a más de 100 familias.

Desde un teatro con calcetines hasta plantar semillas en casa

Adicionalmente, para acompañar a las familias durante esta cuarentena, el programa comparte actividades y consejos para madres y padres a través de sus redes sociales de Instagram y Facebook.

Armar maceteros de botellas recicladas, hacer un teatro de calcetines viejos, crear un mosaico de cáscaras de huevos, o jugar con un “animalfabeto”, son solo algunas de las actividades que propone HIPPY para que niños y niñas puedan ir aprendiendo desde sus primeros años.