Medio Ambiente

Mónica Zegers: “El mejor momento para leer es el que se tenga disponible dentro de la rutina familiar”

La psicóloga infanto-juvenil aclara las dudas que día a día tienen las madres y padres con respecto al hábito de lectura.

Hay evidencia científica que señala que la lectura a edad temprana trae beneficios en aquellos niños que tuvieron el hábito desde pequeños. Si bien es un proceso que se cultiva con el tiempo a través de la práctica repetida, hay algunas técnicas que pueden ayudar a promover la lectura desde chicos.

¿Cómo crear un buen ambiente? ¿Qué hacer si mi hijo no quiere leer? Esta y otras interrogantes son las que respondió la psicóloga infanto-juvenil, Mónica Zegers, mediante consejos para comenzar a instalar esta actividad desde pequeños.

1. ¿Cuál es la relevancia a nivel cognitivo o neurológico de promover la lectura en los niños?

Las dos consecuencias más estudiadas son que, a niños a los que sus papás les leyeron de guagua y durante la infancia, tienden a tener después mejores puntajes en pruebas de lectura y mejor vocabulario (por ejemplo, Price & Kalil, 2019). Otros estudios lo han relacionado además con un mayor interés y motivación por la lectura (por ejemplo Baker et al., 1997; 2001).

Pero además se produce un circulo virtuoso donde los niños que son mejores lectores y tienen mejor vocabulario, tienen mejor comprensión lectora. Los niños que tienen mejor comprensión lectora, generalmente leen más, lo que mejor aún más su capacidad de comprensión y sus habilidades de alfabetización (Mol & Bus, 2011). Esto es fundamental si tenemos en cuenta que, en el colegio se espera que una vez que se “aprende a leer” se “lea para aprender”, es decir, que se lea para aprender el contenido enseñado en el colegio.

2. ¿Desde qué edad se debería instalar el hábito de lectura?

El desarrollo del hábito de la lectura es un proceso que se cultiva en el tiempo a partir de la práctica repetida, y puede partir desde el nacimiento. Antes de que los niños aprendan a mirar o a leer los libros por su cuenta, los que tienen que desarrollar el hábito de la lectura compartida somos los adultos.

Nosotros como papás tenemos que acostumbrarnos a sentarnos con nuestros hijos a mirar juntos las imágenes de los libros, a enseñarles palabras, a desarrollar una historia usando las ilustraciones o a leer lo que sale en el texto. Tenemos que tomar la iniciativa de compartir los libros con nuestros hijos y, parte de eso, es tolerar que se paren o que interrumpan la lectura.

3. ¿Qué técnicas se pueden aplicar para ayudar a los padres, madres o cuidadores a motivar la lectura?

  • Dejar que los hijos elijan lo que quieren leer.
  • Dar (se) tiempo para disfrutar la lectura con los hijos. Leer, mirar libros, o conversar de libros con nuestros hijos puede ayudar a que la lectura se convierta en una actividad entretenida, que se disfruta en familia.
  • Modelar la lectura: En las familias donde los papás leen por placer, los hijos tienden a leer también. Si tu hijo te ve entretenido leyendo, va a querer hacer lo mismo.

4. Sin intención de obligarlos… ¿Qué hacer si un niño no quiere leer?

Es importante distinguir si es que no quieren que les lean o si no quieren leer por su cuenta. En mi experiencia personal, a la gran mayoría de los niños les gusta que les lean, incluso cuando ya saben hacerlo por su cuenta. Pueden preferir otras actividades por sobre la lectura, como ver televisión, pero si les ofreces leerle, la gran mayoría de los niños van a aceptar felices.

Lo importante es no hacer competir las actividades que pueden tener gratificación más rápida y fácil (de nuevo, como la televisión). Hay tiempo para todo.

5. ¿El ejercicio de lectura debe ser diario?

Como especialista, mi respuesta es “sí, eso es lo ideal”. Pero como mamá y como persona con sentido común, obviamente la respuesta real es “sí, dentro de lo posible”.

Cada familia tiene una realidad distinta, con rutinas, recursos y prioridades. Hay algunas para las que es casi imposible sentarse a leer con sus hijos todos los días, porque las responsabilidades del trabajo y la casa les consumen el tiempo disponible. Creo que no sacamos nada haciendo que esos papás, mamás y cuidadores se sientan culpables por no poder leerle a sus hijos.

Para esas familias, mi recomendación sería buscar otras personas o recursos para apoyar el desarrollo del hábito lector. Por ejemplo, pueden pedirle a los abuelos que le lean (o que le cuenten historias o que le canten canciones, que indirectamente también ayudan al desarrollo lector). Además, pueden pedirle a los hermanos grandes que le lean a los más chicos o que les recomienden libros para leer.

También, pueden bajar audiolibros para escuchar camino al colegio o antes de dormir o ir juntos a la biblioteca durante el fin de semana a buscar libros para que el niño lea por su cuenta en la semana. De nuevo, cada familia tiene sus propias rutinas, recursos y prioridades, lo importante es descubrir qué prácticas están dentro de sus posibilidades. 

Finalmente, uno de los consejos más relevantes que entregó la psicóloga es que, si bien la lectura debe ser un hábito en todas las casas, el mejor momento para leer es el que se tenga disponible dentro de la rutina familiar.

Si quieres más información sobre este tema, puedes visitar el canal de YouTube en el cual encontrarás el taller completo para ti y tus hijos.

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